La limpieza es un componente crucial del mantenimiento preventivo y de rutina que se debe realizar en los pozos de agua subterránea. Contrariamente a la creencia popular, este proceso no es tan sencillo como llevar a cabo un procedimiento técnico ya establecido o seguir un conjunto de instrucciones descritas en una norma. Comprender la química del agua subterránea, la composición de los materiales de construcción y el propósito de cada agente desincrustante es la base de la ciencia de la limpieza de pozos.
¿Qué es la Limpieza de Pozos?
La respuesta a estas preguntas se halla en el concepto de la limpieza de pozos.
La limpieza de pozos puede definirse como el conjunto de métodos químicos y físicos aplicadas para la eliminación del mayor porcentaje de incrustaciones, precipitados, sedimentos y microorganismos en el interior de un pozo de aguas subterráneas.
Agentes limpiadores
Como bien se nombró anteriormente la limpieza consta de un proceso químico y uno físico, en la limpieza química se usan agentes denominados desincrustantes con el fin de remover la mayor cantidad posibles de precipitados, entre las sustancias más comúnmente usadas se tiene:
- Ácidos: estos permiten remover eficazmente carbonatos al aumentar su solubilidad en el agua. También permite eliminar hidróxidos de hierro y magnesio, manteniendo un pH por encima de 3 unidades, dado que estas sustancias precipitan también en medios muy ácidos. Los agentes más comunes son el ácido clorhídrico y el ácido sulfámico, de los cuales este último es de acción más lenta pero tiene un menor efecto corrosivo en las tuberías.
- Agentes oxidantes: como el gas cloro permiten la eliminación de bacterias junto con sus deposiciones que promueven la acumulación se sustancias gelatinosas.
- Polifosfatos: son usados como agentes limpiadores, en lugar de disolver la incrustación, facilitan su extracción con la ruptura de las mismas. Para su acción efectiva se acompaña de agitación vigorosa con métodos físicos.